FIGURAS PATERNAS, IMPORTANCIA
Ser padre o
madre es uno de los desafíos más difíciles que plantea la vida para cualquier
persona y a la vez, una tarea en extremo gratificante. Ser padres es una opción
tan importante, que puede darle sentido a la vida de una persona, al punto de
que en condiciones de adversidad, seguir adelante y luchar “por los
hijos” se convierte en el objetivo de muchos padres y madres.
La importancia de las funciones parentales, reside en que no se trata sólo de nutrir y cuidar a los hijos, sino también de brindarles la protección y la educación necesaria para que se desarrollen como personas sanas, buenas y solidarias. Pero, una pregunta que se hacen últimamente los investigadores es: ¿acaso, tener un hijo convierte automáticamente a una persona en padre o madre?
Para la ley, ser padre o madre es una condición que se asigna por el derecho que da la consanguinidad o la adopción; la misma supone el cuidado responsable y la satisfacción de las necesidades de los hijos; sin embargo, no todos los niño/as reciben de sus padres este tipo de atención en cantidad y calidad suficientes.
La Dra. Solís Pontón, psicóloga de la Universidad de París, sostiene que tener un hijo no significa convertirse automáticamente en padre o en madre. Esto es algo que va mucho más allá. Explica Pontón: “la parentalidad tiene que ver con un proceso eminentemente psicológico que supone un trabajo que los padres hacen sobre sí mismos”.
La importancia de las funciones parentales, reside en que no se trata sólo de nutrir y cuidar a los hijos, sino también de brindarles la protección y la educación necesaria para que se desarrollen como personas sanas, buenas y solidarias. Pero, una pregunta que se hacen últimamente los investigadores es: ¿acaso, tener un hijo convierte automáticamente a una persona en padre o madre?
Para la ley, ser padre o madre es una condición que se asigna por el derecho que da la consanguinidad o la adopción; la misma supone el cuidado responsable y la satisfacción de las necesidades de los hijos; sin embargo, no todos los niño/as reciben de sus padres este tipo de atención en cantidad y calidad suficientes.
La Dra. Solís Pontón, psicóloga de la Universidad de París, sostiene que tener un hijo no significa convertirse automáticamente en padre o en madre. Esto es algo que va mucho más allá. Explica Pontón: “la parentalidad tiene que ver con un proceso eminentemente psicológico que supone un trabajo que los padres hacen sobre sí mismos”.
Como
resultado de numerosas investigaciones realizadas en los últimos tiempos, se ha
concluido que el bienestar infantil es el producto de un complejo proceso,
basado en una práctica de buenos tratos en la cual interactúan al menos tres
factores que se entrelazan entre sí:
1. las
necesidades básicas infantiles.
2. las competencias o capacidades parentales
3. el contexto social circundante.
Las necesidades básicas de los niños y las niñas son múltiples y cambian a medida que crecen: son evolutivas. Los padres para dar satisfacción a las mismas, deben disponer no sólo de recursos y capacidades, sino también de suficiente plasticidad como para que sus repuestas se adecuen a cada etapa del desarrollo de los hijos. Por ejemplo, no es lo mismo cuidar, proteger y educar a un niño pequeño que a un adolescente.
2. las competencias o capacidades parentales
3. el contexto social circundante.
Las necesidades básicas de los niños y las niñas son múltiples y cambian a medida que crecen: son evolutivas. Los padres para dar satisfacción a las mismas, deben disponer no sólo de recursos y capacidades, sino también de suficiente plasticidad como para que sus repuestas se adecuen a cada etapa del desarrollo de los hijos. Por ejemplo, no es lo mismo cuidar, proteger y educar a un niño pequeño que a un adolescente.
A la
parentalidad que satisface las necesidades básicas de los niños/as, en base a
competencias parentales adecuadas y en un contexto social nutriente, se la
llamó parentalidad bientratante (Jorge Bradury, 2003).
A.
Necesidades básicas. Los niños/as requieren, para crecer y alcanzar un
desarrollo saludable, satisfacer dos tipos de necesidades: materiales y
psicosociales. Las primeras incluyen: alimentos, ropa, asistencia médica,
protección frente a los peligros, una actividad física sana y un alojamiento
que les permita vivir en condiciones higiénicas y seguros para mantenerse vivos
y sanos. Las segundas, comprenden necesidades afectivas, de aprendizaje y
conocimientos, de socialización y éticas.
a. La satisfacción de las necesidades afectivas, le
permite al niño/a establecer vínculos con sus padres y otras personas
significativas en su vida (familiares, maestros, amigos).
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